Con un nombre peculiar, una estética currada, y una puesta en escena perfecta, los HATEM se hartaron de hacer conciertos antes de tener discográfica. Por entonces, sin nada editado, todos pensábamos que iban a ser los salvadores del neo folk, pues sus canciones sonaban muy bien en directo y parecían majos y profesionales. De tanto esperar nos olvidamos de ellos, y cuando salió el disco su (pequeño) mito se había ido apagando. El disco está muy bien producido, pero las canciones son tediosas y acaban por resultar hasta sosas... Un ejemplo de bluff como una casa, gran promesa, disco plano y sin sustancia.
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